Kasparov aprende de las derrotas, como manifestaba Capablanca, y nos muestra la lección dada por otro grande y predecesor: Tigran Petrosian.
El rey como unidad de combate.
El
"valor nominal" del rey
es infinito: no puede
cambiarse por ninguna cantidad de
piezas enemigas y debe mantenerse en lugar
seguro, como la más preciada
joya. En realidad, uno de los principales criterios, al evaluar una posición, es la seguridad
del rey. Hay, sin
embargo, otro aspecto, que suele ser desdeñado incluso
por los jugadores fuertes.
Además de su valor nominal, el
rey tiene su propia fuerza de
juego, como cualquier otra pieza.
Esa fuerza se
considera, generalmente, que es más
o menos similar a la de
una pieza menor. Tratar de
la naturaleza dual
del rey (preciada joya y unidad de combate) no
es, en modo alguno,
fácil. El propósito de
esta partida es demostrar que,
al enfentarse a un
ataque, el rey puede ser mucho
más que un
mero blanco inmóvil. Un juvenil
Kasparov aprenderá esta lección de su predecesor, el "Tigre Armenio".
Blancas: Kasparov,G (2630) - Negras: Petrosian,T (2585)
Tilburg, 1981
Gambito de Dama [D22]
1.d4 d5 2.c4 dxc4 El Gambito de Dama Aceptado. 3.Cf3 Cf6 4.e3 Ag4
5.Axc4 e6 6.h3 Ah5 7.Cc3 a6 8.g4 Ag6 9.Ce5 Cbd7 10.Cxg6 hxg6 11.Af1! Cuando
realicé la jugada de retroceso con el alfil y me levanté de la mesa, Spassky me
dio una palmadita aprobatoria con el hombro: ¡una buena maniobra! 11...c6 12.Ag2 Dc7 13.0–0
Ae7 14.f4 Cb6 15.g5 Cfd7 16.Dg4 0–0–0 En busca de contrajuego. Si enrocan
corto, sigue h4-h5. 17.Tb1 Rb8 18.b4!? Cd5 19.Ca4 f5!
19....f5! |
Una sorpresa: esperaba que jugara
19...Cxb4. 20.Dg3 Tomar al paso
era confuso. Tuve que aceptar la aparición de un caballo "eterno" en
d5. 20...Cxb4 21.Ad2 Cd5 22.Tfc1 La fuerte presión de las blancas sobre
las columnas 'b' y 'c' les permite mirar al futuro con optimismo y, en un tablero lleno de piezas, el peón extra de las
negras no se nota. 22...Ra7 23.De1 Aa3!? 24.Tc2 Dd6 25.Tb3 De7 26.De2 Tb8
27.Dd3 Ad6 28.Cb2! Thc8 29.Cc4 Ac7 30.a4!
Aquí había previsto ya situar mi peón en 'a5',
luego de Tcb2 y Db1, y por fin...¡vengarme de mi derrota en Moscú! Desde luego,
no está claro qué pueden hacer las negras. 30...b5 Esta jugada me dejó
perplejo. Parecía desesperado. 31.axb5 cxb5 32.Ta2 Un importante
refuerzo. Ahora parece inminente el hundimiento de las defensas negras.
Recuerdo que estaba orgulloso de mi posición y que pensaba que la partida ya
estaba liquidada. 32...Rb7!? Pero esta jugada me dejó atónito: ¿acaso
puede quedar impune un juego así? Al consentir que la victoria estaba cerca,
comencé a sentirme nervioso. 33.Ab4?
33. Ab4? |
Lo cierto que esta jugada natural,
que incrementa la presión, es un grave error. ¡Había subestimado el potencial
defensivo de las negras! Debía haber atacado las fortificaciones negras en a6,
b5 y d5, con la maniobra de caballo Cc4-a3-c2-b4. Pero ante el tablero,
continué sencillamente aumentando la presión. Un enfoque así no siempre resulta
correcto, como pude comprender virtualmente un par de jugadas después. 33...De8!
Desde aquí la dama defiende el peón de b5. 34.Ad6 Ta8! 35.Db1? Las
blancas actúan de nuevo siguiendo principios generales, esperando que se les
presente por sí sola la oportunidad de lanzar un golpe decisivo. Después de
35.Tb1, las blancas habrían conservado una compensación adecuada por el peón. 35...Rc6!!
35...Rc6!! |
¡Una fantástica defensa! Esta jugada, que
Petrosian realizó al instante, me sumió en una absoluta confusión: ¿cómo era
posible avanzar con el rey en un tablero repleto de piezas? ¿Tal vez quería
emular a Steinitz, que había hecho cosas parecidas? El efecto sicológico de
30...b5 y la marcha del rey negro (Ra7-b7-a6) era tan fuerte, que no pude poner
en orden mis pensamientos y pronto quedé perdido. (El rey no solo prepara una
eventual escapada hacia el otro flanco, sino que también deja a las piezas
blancas colgando Marin) 36.Tba3? Era esencial 36. Axc7 cuyas variantes
conducen a tablas. [36.Axc7 bxc4 37.Tb7 Txc7 38.Txa6+ Txa6 39.Db5+ Rd6 40.Dxa6+
Re7 41.Axd5 Txb7 42.Axb7 Db8 43.Rf2=] 36...bxc4 37.Txa6+ Txa6 38.Txa6+ Ab6
39.Ac5 Dd8! 40.Da1 [40.Db4 Rb7!] 40...Cxc5 41.dxc5 Rxc5 42.Ta4
Posición final (0-1) |
Las blancas se rindieron.
Mis partidas con el
noveno campeón mundial ampliaron mi compresión del ajedrez. De no haber sido
por las dos derrotas, posiblemente no hubiese alcanzado la cumbre del ajedrez.
Analizando estas partidas pude ver cuantas posibilidades defensivas latentes se
ocultan en posiciones restringidas! Y por supuesto, me permitieron albergar un
ilimitado respeto por el talento de Petrosian. 0–1
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