SUBA |
Ahora, cuando se encuentran dos Grandes Maestros, las partidas suelen ser extrañas ante los ojos de un jugador "clásico".
¡Habría sido extraordinariamente divertido ver esta partida comentada por Tarrasch, Capablanca, o incluso Alekhine! Sospecho que obtendríamos innumerables expresiones de espanto, al menos entre las jugadas 5 y 9, como también una saludable dosis de ridículo. ¡Y es altamente dudoso que alguno de ellos hubiera sugerido 9 h4 como una mejora!
Aquí va el ejemplo de independencia a las reglas, que ilustra distintos conceptos clave modernos; comentado por John Watson:
Suba - Sax,
[A34] Apertura InglesaHastings 1983-84
1.c4 c5 2.Cf3 Cf6 3.Cc3 d5 4.cxd5 Cxd5 5.e4
¡Nimzowitsch!
Fue el primero en jugar esto contra Rubinstein en 1926. Fue el primer jugador en
ignorar los peones retrasados y debilidades estructurales en tantos otros
casos. El peón-d de las blancas, en el presente caso, está retrasado sobre una
columna abierta, y hay un terrible agujero en d3. Botvinnik fue el siguiente en
adoptarla.
5...Cb4 6.Ac4
Estas
jugadas, por supuesto, han sido realizadas cientos de veces; pero tienen una
maravillosa apariencia de principiante, ¿no creen? Nótese que 6.d4 cxd4
7.Cxd4?? falla por 7...Dxd4
6...Cd3+ 7.Re2 Cf4+ 8.Rf1 Ce6
¿Qué
bando está siendo más ‘moderno’? Las blancas van de aquí para allá con su rey e
ignoran las debilidades, mientras que las negras mueven el mismo caballo por
sexta vez, ¡sin tocar ninguna otra pieza! Pero observen que evitan d4,
considerando a esto un beneficio estructural que merece algo más que las meras
consideraciones del desarrollo.
Esta
apertura es un ejemplo increíble del juego moderno. 9 d3, que solidificaría el
centro y liberaría el alfil-c1, es rara vez jugada. La textual es menos lógica
en apariencia, pues mueve una pieza ya desarrollada, y además abandona el
control de la casilla clave d4. Lo realmente revelador es considerar las dos
alternativas principales que tienen las blancas a estas jugadas. La primera,
realizada en numerosas partidas de grandes maestros de primer nivel es 9 b4!?.
Un final incluso más extravagante para esta discusión, sucedió con el siguiente
intento de las blancas, 9 h4!?, la jugada de Suba:
Primera
alternativa: 9.b4!? De acuerdo, entregar un peón lateral a cambio de control
central no es realmente nuevo, ¿pero hacerlo cuando las negras no tienen
debilidades, y las blancas no pueden enrocar y conectar las torres? Bien,
resulta que tras 9...cxb4 10.Ce2! las blancas están listas para jugar d4, y
luego cosas como Ab2, h4-h5, y Th3 o Th4, donde su centro móvil y la ventaja en
desarrollo probablemente más que compensan la desventaja de peón. De pronto, el
rey no está tan mal situado en f1.
Con
el tiempo, a alguien se le ocurrió que, rehusando la oferta de las blancas, y
entregando un peón propio, las negras obtendrían el tiempo crítico necesario
para cubrir d4, mediante 9...g6! 10.bxc5 Ag7.
Un
nuevo desarrollo completamente lógico por parte de las blancas (tras obtener
resultados insatisfactorios con 10 bxc5) fue 10.Tb1 Ag7 11.Ce2! poniendo el ojo
sobre d4 y contemplando bxc5 y/o Axe6. Efectivamente, la variante entera merece
mayor atención, y esta también resulta la conclusión típica para cientos de
posiciones inventadas recientemente en esta época extraordinariamente rica del
ajedrez.
Segunda
alternativa: 9.h4!? La jugada de Suba , que Murey puede haber sido el primero
en emplear. Bien, ¿por qué no? Si las negras quieren arruinar mi diversión con
...g6, dicen las blancas, ¡estaré listo para responderles h5! Esta jugada
'Larsenesca' (cuando dude, ¡avance sus peones de torre!) no es tan ridícula
como parece. Suba indica 9...h6 10.Ce5! en vista de 10...g6? 11.Df3; 9.h4 y
9...Cc6 10.Cg5! Cxg5?! 11.hxg5 según él las blancas están mejor, aunque no
estoy seguro después de 11...g6 Suba (un pensador verdaderamente moderno) dice
que "La jugada 9 h4 corresponde a las necesidades generales de la posición
e incrementa el potencial de las blancas. Brinda aire para el rey blanco,
espacio para la torre y un puesto avanzado en g5."
Lo
que sea. Resulta interesante aquí la secuencia de paradas a través de las
cuales se arribó a estas ideas. En retrospectiva, por supuesto, ninguna jugada
alocada puede resultar justificada 'posicionalmente'. Pero tomó muchos años a
los Grandes Maestros de élite encontrar incluso 9 b4. En realidad. 9 d3 o 9 g3
eran las jugadas realizadas en las pocas partidas de los años treinta y cuarenta,
y 9 b4 no fue descubierta sino hasta los ochenta. Luego, tuvieron que jugarse
muchas partidas conocidas para que las negras tropezaran con la idea de 9...g6.
Y en verdad, ¿es 9 h4 una jugada tan brillantemente concebida que surge
netamente de las 'necesidades de la posición'? Por supuesto que no. Como afirma
el mismo Suba, la encontró tras desilusionarse con 9.Ce5 g6! Es como si 9 b4 o
incluso 8...Ce6 o 5 e4 (ambas fueron nuevas ideas en su momento), fueran una
respuesta pragmática a un problema concreto. Es muy importante entender esto.
En el ajedrez moderno, el análisis y el trabajo vienen primero, y las palabras
que le brinden apoyo, después (si es que alguna vez), a manera de cierre, o con
mayor frecuencia, en beneficio del público asistente.
9...Dd6
Suba
señala partidas previas que siguieron 9...Dd4 10.Da4+ Ad7 11.Cxd7 Dxd7 con
juego satisfactorio para las negras. Irónicamente, las dos jugadas que ponen en
juego una nueva pieza menor, favorecen a las blancas: 9...Cd7? 9...Cc6?! En
efecto, es para evitar ...Cd7 o ...Cc6 que se jugó 9 Ce5; y en ese sentido, es
una jugada profiláctica.; 9...g6! Finalmente, las negras (específicamente
Timman) encontraron esta jugada, a la cual Suba califica como "sólida como
una roca'. Es típico, pienso, que esta última jugada es la que resultó ser
eventualmente la solución a 9 Ce5, absteniéndose aún de desarrollar otra pieza,
pero teniendo como objetivo la casilla crítica d4. El hecho de que las jugadas
directas de desarrollo sean insatisfactorias, puede ser el resultado de algún
principio profundo, pero si así fuera, ¡sería un principio desconocido para los
grandes maestros! Más bien, ellos sometieron a esta variante a un análisis
crecientemente profundo y creativo, hasta que comenzó a revelarse la verdad de
la posición. Una vez más, este es un ejemplo del pragmatismo reemplazando a los
principios.
11...Ced8
Si 11...Ad7
12.Cb5 Db8 13.Cxd7 Dxf4+? 14.Rg1
Rxd7 15.d4 Dxe4 16.d5 gana una pieza.
¿Es
la táctica la garantía fundamental dada la naturaleza de la posición? Lo dudo;
en su lugar deberíamos decir que la táctica termina favoreciendo a las blancas.
Si tal variante tuviese resultado favorable a las negras, las blancas
simplemente tendrían que abandonar 9 Ce5 (o 10 f4, u 11.Da4) por resultar
insuficiente para conseguir ventaja.
12.d4!
De
repente, se abre la posición y la partida termina en la forma en que habría
finalizado una partida de Morphy o Alekhine.
12...cxd4
Como
12...Dxd4 13.Cb5 gana de inmediato, la partida prosiguió:
13.Cb5 Db8 14.Cxd4 f6 15.Cdxc6 bxc6 16.Af7+! Las negras abandonaron .1–0
Un
comentario final sobre esta partida. A pesar de que ciertamente se trata de una
divertida miniatura, no creo que el jugador profesional promedio la jugaría con
sensación de asombro o incredulidad. Hemos interiorizado en tal magnitud el
tratamiento moderno, pragmático, que las jugadas parecen casi ‘normales’.
partida en visor